La primavera ha llegado.
Hace tanto tiempo que no escribo, que ya ni sé cómo empezar.
Pero empezó la primavera.
Perdí la capacidad de conectar mi cerebro con los dedos sobre el teclado. No sé cómo ni cuándo ocurrió, pero antes solía poder sentarme y simplemente escribir, para darme cuenta al final, que esas letras habían logrado dar forma a lo que quería expresar. Sin embargo ahora, solo me siento acá, frente al PC, y mi mente queda en blanco.
Pero al menos la primavera ha llegado.
Quisiera poder escribir que me siento “así”, o que he pensado “esto”, o que el otro día me ocurrió “aquello”… pero nada. Mis dedos no quieren entender los impulsos eléctricos que mi cerebro le envía. Será que esas sensaciones que uno tiene dentro no nacen del cerebro?, será que me equivoque de órgano, y no es el cerebro el que tengo que conectar con mis manos?... no, no, no, no sean mal pensados, no estaba pensando en aquella parte de mi cuerpecito, jaja.
A final de cuenta, sigo sin poder escribir aquello que me gustaría. Quizás sea porque aun no se qué me gustaría escribir.
Por lo menos se que… la primavera ha llegado.