Leve Regreso

Demasiado tiempo fuera, demasiadas letras atoradas en mis dedos, demasiadas emociones contenidas. Ha sido un tiempo largo, han pasado cosas, siempre buenas, por fortuna.
Pero aquí estoy de nuevo, en una reflexión tardía, escuchando Coldplay y mirando por la ventana de mi nueva oficina.
Sí, mi nueva oficina. Siempre quise tener una oficina propia, la que fuera mi espacio, mi dominio. Un refugio para esas horas diarias en las que el tiempo transcurre tan lento que uno no encuentra explicación para ver como se pasan tan rápido los años.
Y conseguí una nueva oficina, en un nuevo trabajo. Pero esta oficina esta algo vacía. Faltan amigos con quien reír, faltan amigos preguntándome esto o aquello, faltan amigos comentando lo buena que es esta canción; faltan amigos.
Acá la gente no es mala. Lo que sucede es que allá la gente era demasiado buena. Además, el recuerdo siempre es atraído por las cosas gratas y tiene mala memoria para aquellas cosas mas desagradables.
Es increíble como uno pierde la capacidad de valorar las cosas que tiene, entre ellas la amistad, hasta cuando las circunstancias hacen que eso tenga que sufrir un alejamiento. No me arrepiento del cambio, toda la vida esta compuesta de etapas y debemos aprender a superarlas, pero vaya que es cierto que las huellas dejadas en las personas y, mas aun, las huellas que las personas han dejado en nosotros, no se borran fácilmente, acaso nunca. Que bien que así sea, eso significa que se vivió de verdad, que se sintió de verdad, por eso duele dejarlo.
En fin, ya conseguí lo que quería, un nuevo trabajo, un poco mas de dinero, una oficina para mí; solo se me olvido desear poder llevarme conmigo a mis amigos.